BUSCANDO UN AMANECER PARA LA MUJER DEL MARGEN

Recordemos lOS 25 AÑOS DE LA ASOCIACIÓN DE GIZARTERAKO

En está efemérides, me invitan a comunicar algo sobre el fenómeno de la prostitución.
Desde mi ser de “mujer”, mujer “creyente” y “religiosa oblata”, voy a compartir con vosotr@s, algo sobre este fenómeno que sufre un colectivo de mujeres. No me refiero a las que por elevar su nivel social “optan” por esta actividad. Me refiero siempre, a la mujer que en situación de pobreza y de diversas carencias, ha caído en la exclusión social.

Debo decir que el colectivo de mujeres en situación de prostitución, siempre me ha afectado y me ha motivado a dedicarle mi tiempo disponible a acompañarlas, para que consiga una mejor calidad de vida, y especialmente una libertad básica, con la que puedan realizar aquello que desde su corazón desean para ellas y en general para sus hijos.

En los treinta años que he estado en contacto con ellas en sus lugares de trabajo en distintas ciudades, y en los ocho últimos años en los clubes de Vitoria, puedo decir que un gran porcentaje son extranjeras, que han dejado muy lejos a sus seres queridos, y luchan por dar a los hijos, que dejan al cuidado de la abuela, una educación digna, a la vez que consiguen una casa para albergar a la familia. Los padres no suelen aparecer ni responsabilizarse de los hijos.
Los casos más dolorosos son de las que atrapadas y engañadas por las mafias, tienen que trabajar demasiadas horas para lucrar a los mafiosos.

Aunque la mayoría de las mujeres son extranjeras, desde la crisis económica que ha reducido a pobreza a miles de familias, van aumentando el número de nacionales, con la esperanza de que esta situación cambie pronto.

Participo en el equipo de calle de la Asociación de Gizarterako colabora también Beraka. En parejas visitamos a las mujeres en su lugar de trabajo: rotondas, clubes de ciudad y alguno de carretera. Les llevamos información de los recursos gratuitos que pueden disponer en la Asociación y en la sociedad. Les regalamos un detalle y la oportunidad de hablar si lo desean, con otras mujeres que tratan de entender, comprender y acompañar su situación y decisiones.
Somos conscientes del dolor que conlleva esta actividad, de la exclusión que comporta y el desarraigo que exige. Por eso valoramos nuestro trabajo de acompañamiento, a la vez que para nosotras, es una escuela de aprendizaje de la realidad de nuestra vida social montada en la injusticia y desigualdad. Nos parece importante ofrecer aquí una cercanía cálida.
Lo más doloroso es cuando desean cambiar de actividad y no tenemos una alternativa para ofrecerles, por la situación de paro que estamos sufriendo.

Unas pinceladas sobre el cliente: de posición social superior, “porque tiene dinero”. Esto no le hace superior ni más digno que la mujer. Su relación con ella debe realizarla desde el respeto: la mujer que le va atender es “tierra sagrada” y merece un respeto adecuado a la dignidad humana. Habría menos dolor si existiera más respeto y la capacidad de poner “el valor” donde se encuentra, que no es el dinero. “Fomentar relaciones humanas es muy importante. Y hacerse la pregunta: yo varón, ¿qué me sucede que necesito tantos sucedáneos para sentirme bien?

En el tercer milenio, tod@s debemos involucrarnos en crear oportunidades y trabajos justos, para poder elegir con “libertad” lo que necesitamos hacer. Sin olvidar que el grito de muchas mujeres por su liberación es hoy, no mañana.
Las estrategias deben ser económico-sociales y educativas, que actúen en las causas que generan la situación, unidas a un sistema jurídico penal, que persigan eficazmente a las redes de explotación.

Contemplando esta dura realidad y lo mucho que queda para mejorarla y apoyar a la mujer, entendemos que sigue siendo necesaria la Asociación Gizarterako y todo colectivo que quiera apoyar a este grupo social.

Y tú cómo la llamas: prostituta o MUJER?
Isabel Arteaga
OSR

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