Desde los 18 años hasta los 23 ejercí la prostitución en el Estado español, en casi todas las comunidades autónomas y en más de 40 clubes. Pero, ¿cómo se fabrica una puta? Yo nací en Galati (Rumanía) en una familia de clase media, tradicional. Era la mayor de dos hermanas. Nunca pasé hambre, ni frío, ni me faltó el acceso al colegio. Mis aspiraciones entonces eran trabajar y formar una familia pero a los 13 años, todo se truncó cuando me violaron. Supe que jamás volvería a ser una buena mujer y me cargaron con el peso de la culpa: «¿Y esa qué hacía allí? ¿Vestida así? ¿Sola?»
Las violaciones siguieron y como ya era una puta mi «no» no valía. Antes tampoco había servido de nada, pero ahora mucho menos. Aprendí que resistirme era peor y que lo mejor era quedarme quieta y no rechistar. Un día pensé: «Esto es así y ya está hecho. Y así quiero que sea». Me empoderé en el sexo y todo fue más fácil psicológicamente. A partir de ese momento mis agresores y yo empezamos a comportarnos como colegas.
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